lunes, 15 de noviembre de 2010

Crean un sistema para escuchar lo que sucede en los océanos vía internet


Sin duda muy poco se conoce aún de los océanos del mundo; de hecho, mucha gente critica precisamente el que intentemos explorar el espacio cuando ni tan siquiera hemos explorado aún los amplios y extensos mares y océanos que conforman nuestro planeta. El problema es que explorar el océano es casi tan difícil como explorar el universo, ya que la tecnología para hacerlo no está al alcance de todos. Para hacer posible esto, se ha creado la web de LIDO (Listening to the Deep Ocean Enviroment).

Gracias a esa pagina es posible “escuchar” lo que sucede en los mares de varias partes del mundo, principalmente de Europa y Canadá. Esto se ha logrado con la ayuda de 12 hidrófonos, los cuales fueron distribuidos utilizando las plataformas de investigación utilizadas para vigilar terremotos y tsunamis.

El encargado de llevar a cabo este proyecto fue Michael André, un bioacústico de la Universidad Politécnica de Cataluña quien, junto a otros investigadores, ha pasado los últimos 10 años colocando estos hidrófonos alrededor del mundo:

“Ya existía un cableado que conectaba los observatorios europeos en mar abierto para obtener un seguimiento de datos geofísicos y astrofísicos. Nosotros hemos aprovechado la red existente para instalar hidrófonos que captaran sonidos en tiempo real…El sistema está conectado a la tierra, y las corrientes de datos de audio a un servidor en el que las señales se analizan y se publican directamente en Internet”.

Con esta página web, cualquier persona en el mundo puede monitorear el ruido de los mares y poder determinar la manera en la que el ruido influye en la conducta de los animales que conforman el medio marino.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Fabrican ladrillos con lana


Investigadores españoles y escoceses han añadido fibras de lana al material arcilloso con el que se fabrican los ladrillos y las han unido con alginato, un polímero natural que se extrae de las algas. El resultado son unos ladrillos más resistentes y ecológicos, según acaba de publicar la revista Construction and Building Materials.

“El objetivo era elaborar ladrillos reforzados con lana, y obtener un compuesto más sostenible, no tóxico, que empleara materiales locales abundantes, y mejorara su resistencia mecánicamente”, explican Carmen Galán y Carlos Rivera, autores del trabajo e investigadores en las Escuelas de Arquitectura de las universidades de Sevilla (España) y de Strathclyde (Glasgow, Reino Unido).

Las fibras de lana se han añadido al material arcilloso del ladrillo, que utiliza como conglomerante el alginato, un polímero natural de las paredes celulares de algas marinas. Según los test mecánicos realizados, el compuesto es un 37% más resistente que otros ladrillos de tierra estabilizada, sin cocer.

El estudio, que acaba de publicar la revista Construction and Building Materials, se ha realizado en estrecha colaboración entre las universidades británica y española. Los suelos arcillosos han sido proporcionados por fabricantes de ladrillos escoceses, de donde también proviene la lana, ya que la industria textil local no consume toda la que produce. “El enfoque es obtener un material adecuado para condiciones climáticas adversas, como las específicas de Reino Unido”, comentan los autores.

Los investigadores han analizado el efecto del reforzamiento con lana de oveja en distintos suelos, y han llegado a distintas conclusiones: “Estas fibras mejoran la resistencia de los ladrillos a la compresión, minimizan las fisuraciones y deformaciones por contracción, reducen el tiempo de secado, y aumentan su resistencia a los esfuerzos de flexión”.

Esta investigación es una de las iniciativas que fomentan el desarrollo de materiales de construcción cada vez más sostenibles. Se incluye dentro de la fabricación de ladrillos que no requieren cocción, por lo que contribuye al ahorro energético. Según los autores: “es una alternativa más sostenible y saludable que los materiales de albañilería convencionales, como la arcilla cocida y los bloques de hormigón”.

La tierra sin tratar fue uno de los primeros materiales de construcción que utilizó la humanidad. Los ejemplos más antiguos se encuentran en viviendas de Oriente Próximo de hace entre 11.000 y 12.000 años. En restos arqueológicos del siglo XIV a. C., localizados en Cerdeña (Italia), también se ha hallado material terroso mezclado con plantas o guijarros, con fines resistentes.

Fuente: SINC.

Referencias bibliográficas:

C. Galán-Marín, C. Rivera-Gómez y J. Petric. “Clay-based composite stabilized with natural polymer and fibre”. Construction and Building Materials 24(8): 1462–1468, agosto de 2010.

Galán-Marín, C.; Rivera-Gómez, C.; Petric-Gray, J. “Effect of Animal Fibres Reinforcement on Stabilized Earth Mechanical Properties”. Journal of Biobased Materials and Bioenergy 4(2): 121-128, junio de 2010.